Banco del Sur,
crisis global y turbulencia en Latinoamérica
Por Ariel Noyola Rodríguez
De acuerdo con la secretaria ejecutiva de
CEPAL, Alicia Bárcena, “la debilidad de la
demanda externa, un bajo dinamismo de la
demanda interna, insuficiente inversión y un
limitado espacio para la ejecución de
políticas que impulsen la reactivación”,
explican la caída en los ritmos de
acumulación
[30.09.2014]-
Actualización
10:00 pm de Cuba
Rebelión - La fragilidad de la recuperación
del capitalismo central ha puesto en
cuestión el modo de inserción de América
Latina en el mercado mundial. A principios
de agosto, el Fondo Monetario Internacional
(FMI) redujo su pronóstico de crecimiento
del PIB mundial para 2014 a 3.4 por ciento,
3 décimas menos en comparación con el
cálculo del informe Perspectivas publicado
en abril. En entrevista exclusiva con el
diario francés Les Échos (7 de septiembre de
2014), la titular del organismo, Christine
Lagarde, consideró la posibilidad de reducir
el estimado a 3 por ciento en octubre
próximo. Por su parte, la Comisión Económica
para América Latina y el Caribe (CEPAL)
disminuyó de 2.7 a 2.2 por ciento la
proyección de crecimiento para el conjunto
de la región latinoamericana. De acuerdo con
la secretaria ejecutiva, Alicia Bárcena, “la
debilidad de la demanda externa, un bajo
dinamismo de la demanda interna,
insuficiente inversión y un limitado espacio
para la ejecución de políticas que impulsen
la reactivación”, explican la caída en los
ritmos de acumulación.
Por otro lado, el alza eventual de la tasa
de interés de los fondos federales por parte
de la Reserva Federal (Fed) estadounidense
antes de mediados de 2015, así como la
última reducción de los programas de
estímulo monetario (Quantitative Easing) en
octubre próximo, marcan el final de una
estrategia de política monetaria “no
convencional” que, lejos de apoyar la
recuperación del mercado de trabajo
estadunidense, incrementó el nivel de
apalancamiento de los bancos de inversión y,
con ello, las posiciones largas en los
mercados de renta variable (materias primas,
acciones bienes raíces, etcétera) de las
economías periféricas. El cese de las
inyecciones de liquidez por parte de la Fed
pretende ahora reforzar la posición de
Estados Unidos como importador mundial de
capital, mediante el traslado del ahorro
acumulado por los países de América Latina y
la Organización de Países Exportadores de
Petróleo (OPEP).
No hay duda de que el retorno de los flujos
de capital de corto plazo hacia Estados
Unidos, producto del alza gradual de los
bonos del Tesoro de largo plazo (10 años),
ha incidido negativamente sobre los tipos de
cambio de las economías denominadas
“emergentes” en lo que va del año. Para
colmo de males, la depreciación cambiaria ya
no impulsa las exportaciones. Así, la caída
del precio de las materias primas (a
excepción de los productos cárnicos) a una
mayor velocidad desde de mediados de 2013 ha
deteriorado drásticamente la situación
económica de la mayor parte de los países
suramericanos. De acuerdo con la firma de
análisis Capital Economics (Beyondbrics, 5
de septiembre de 2014), Brasil, Argentina,
Perú y Colombia son las economías con mayor
grado de vulnerabilidad a los canales de
contagio financiero (saldo de la cuenta
corriente, deuda externa, reservas
internacionales y tasas de interés reales).
Existe un riesgo latente de enfrentar una
nueva “década perdida”, tal como ocurrió a
principios de la década de 1980.
Por ello, es fundamental poner en marcha el
Banco del Sur, un banco de desarrollo
multilateral de nuevo tipo, cuyas
contribuciones para conformar los 20 mil
millones de dólares de capital autorizado
fueron anunciadas finalmente en julio
pasado, luego de 7 años de haber firmado su
carta fundacional: Brasil, Argentina y
Venezuela contribuirán con 4 mil millones de
dólares cada uno; al tiempo que Uruguay,
Paraguay, Bolivia y Ecuador aportarán en
conjunto 8 mil millones de dólares. La sede
principal estará en Caracas y otras dos
sucursales funcionarán en Bolivia y
Argentina. Asimismo, ya se ha constituido el
Consejo de Ministros, el Consejo de
Administración y el Consejo Directivo, lo
único que falta es elegir al presidente.
Según Pedro Páez (ex viceministro de
Economía de Ecuador), el reto principal del
Banco del Sur consiste en fortalecer la
soberanía latinoamericana en todos los
frentes. Los créditos en monedas nacionales
a tasas bajas, la utilización del Sistema
Único de Compensación Regional (SUCRE), la
construcción de una red de ferrocarriles y
una energética de alcance continental, entre
otros proyectos, constituyen los cimientos
para avanzar en la integración productiva y
social de la región con el Banco del Sur
como punta de lanza. En sintonía con dicha
posición, Ernesto Samper, recientemente
elegido secretario general de la Unión de
Naciones Suramericanas (UNASUR) por un
periodo de 2 años, considera prioritaria la
creación de un sistema financiero que
articule las operaciones del Banco del Sur,
la Corporación Andina de Fomento (CAF) y el
nuevo banco de desarrollo del BRICS (sigla
formada por Brasil, Rusia, India, China y
Sudáfrica) para apoyar el financiamiento de
proyectos de infraestructura.
En suma, todo indica que la bonanza
económica latinoamericana, impulsada por los
precios altos de las materias primas, quedó
atrás. Por lo tanto, es imperativo poner en
funcionamiento el Banco del Sur a la
brevedad. Igualmente importante resulta
adherir nuevos miembros y dotar de mayores
recursos (actualmente de 3 mil 609 millones
de dólares) al Fondo Latinoamericano de
Reservas (FLAR) para potenciar sus funciones
como instrumento de apoyo a las balanzas de
pagos. Llevar a cabo una arquitectura
financiera suramericana es urgente para
enfrentar con mayor resiliencia la crisis
económica global en curso y las turbulencias
financieras en la región. Ha llegado el
momento de pasar a la acción.
Ariel Noyola Rodríguez. Miembro del
Observatorio Económico de América Latina del
Instituto de Investigaciones Económicas de
la Universidad Nacional Autónoma de México.
Columnista de la revista Contralínea
(México) y colaborador de la Red Voltaire
(Francia). Contacto:
anoyola@iiec.unam.mx
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